JOSE MARTINEZ QUEIROLO
Biografia
José Miguel Martínez Queirolo alias
"Pipo" nació en Guayaquil el 22 de marzo de 1931 Guayaquil fue un
dramaturgo, narrador y poeta ecuatoriano. Exponente del arte y cultura de
Guayaquil, incursionó en la actuación y dirección teatral. Obtuvo por cuatro
ocasiones el premio nacional de dramaturgia por sus obras: La casa del qué
dirán (1962), Los unos vs. Los otros (1968), La dama meona (1976) y La
conquista no ha terminado todavía (1983).
Hijo de Miguel Martínez Salazar y
Blanca Queirolo Atella. Parte de su infancia la vivió en Quito. Realizó sus
estudios secundarios en el colegio Aguirre Abad y los superiores en la
Universidad de Guayaquil.2
Se inició en las letras a los
dieciséis años de edad, descubriendo una capacidad singular para el teatro y
el género narrativo. Desde su aparición en la escena literaria atrajo la
atención por su originalidad. La técnica, la trama argumental, el instrumento
expresivo se han amoldado dócilmente a esa condición personal autonómica
frente a los yugos de la rutina en este tipo de creaciones.
Durante su carrera como dramaturgo
ganó el Premio Eugenio Espejo en el año 2001. Su fecha de muerte fue el 8 de
octubre del 2008 en la ciudad de Guayaquil.
Obras
v
La casa del qué
dirán.
v
Goteras.
v
QEPD.
v
El poema de Caín.
v
Cuestión de vida o
muerte.
v
La torre de
marfil.
v
Los unos versus
los otros (1968).
v
La conquista no ha
terminado todavía (1983).
v
Puerto lejos del
mar.
v
Las faltas
justificadas.
v
El baratillo de la
sinceridad.
v
Réquiem por la
lluvia. (1962)
v
Montesco y su
señora.
v
La balada de la
Cárcel de Reading.
v
Diloconamor.
v
Y el pesebre
nació.
v
La Esquina.
v
La Dama meona.
(1976)
v
Los vampiros.
v
Los Náufragos.
Adaptaciones
·
Un idilio bobo
(cuento de Ángel Felicísimo Rojas)
·
El guaraguao
(cuento de Joaquín Gallegos Lara)
Poema
El poema de Cain
” ¡Cierra los ojos, ya! ¡Cierra los
ojos! ¿No ves que estoy aquí de hinojos, tratando de cambiar rencor por agua,
guerra por paz, veneno por ternura?
Abel, odiado mío, mira que dulcemente
te maldigo! Ofreciéndote un brindis de cicuta, se ha tornado cordial el enemigo;
débil la fuerza bruta.
Yo siento que algo muy dulce aquí me
está naciendo. No sé si este fulgor desconocido, que ante ti me mantiene estremecido,
si este humo tan azul, si este sonrojo, si esta agua que me brota de los ojos
es el amor que nunca te he tenido …
¡No! No lo llames amor ¡¡No todavía ¡¡No
menciones el mar! ¡Enséñame a la luz de tu alquería, el verbo que te debo
conjugar!
¡Yo amo!
¡Yo amo
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